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Washington

 

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     "En la casa no teníamos luz eléctrica. Éramos siete hermanos. Mis padres nos levantaban siempre a las cinco tomábamos unos mates y nos íbamos a ordeñar a las vacas para que mi madre hiciera quesos. Después de eso ensillábamos los caballos y recorríamos unos cinco kilómetros hasta la escuela, que quedaba en la Colonia Artigas. Demorábamos una hora y media o dos. Después de clase llegábamos a casa; si había se comía un pedazo de torta o se tomaba un vaso de leche. A algunos nos tocaban mojar la quinta. Eso era en la semana y los sábados y domingos siempre se trabajaba ayudando a los padres en la chacra. Fueron épocas muy lindas, que hoy no se viven más".

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