Olga
"Hace 14 años que estoy con el almacén, me encanta. Abro las 24 horas, si está cerrado se golpea y alguien le abre. De noche siempre se juega a las cartas, al chancho, carloncho, truco, lo que venga, es la diversión del pueblo.
Mucha gente ante la falta de trabajo se fue. Los que quedan trabajan en tareas rurales por la zona. Hay muchas casas desocupadas. Hace un tiempo se me ocurrió anotar en una libreta, como un censo, la cantidad de gente que hay: 111 habitantes y 43 viviendas ocupadas.
El único ómnibus pasa los martes y jueves. Si llueve y el arroyo crece hay que ir a tomarlo a la ruta, a unos veinte kilómetros. No tenemos cajeros ni Abitab para pagar los recibos. A veces algún vecino que tiene que ir a la ciudad(Artigas) aprovecha y les hace el favor a otros y lleva las facturas. Ahora, por suerte, tenemos una policlínica. La enfermera viene cada quince días de Salto, es muy querida”.