"No soy de Belén. Conocí el pueblo y me gustó, es un lugar tranquilo de gente buena y muy humilde. Hace diez años que tengo el negocio y trabajo todos los días, inclusive los feriados.      

      Nací en la zona de Cerro de Vera. De chico para ir a la escuela hacíamos unos diez kilómetros a caballo, demorábamos casi una hora porque teníamos que pasar por dos arroyos. En invierno a veces llegábamos muertos de fríos, cuando llovía el arroyo crecía y había que dar vuelta. En la escuela repetía todos los años, porque no sabía. Me terminaron pasando a la UTU por un tema de edad, más que por lo que sabía. 
    La UTU estaba en Salto a unos 150 kilómetros de Cerro de Vera, fue un esfuerzo muy grande de mi padre para que pudiera ir. Tenía 18 años, me quedaba en la casa de mi abuela. Estudié mecánica y electricidad. Me decían paisano, porque no sabía estudiar. Me costaba bastante, siempre tenía falta en los escritos. 
   Lo que me salvó fue que hice un curso privado de contabilidad que me sirvió para administrar mis cuentas. Gracias a eso tengo mi local, antes no sabía usar una calculadora, pero aprendí a manejar costos, números".