Un libro

Un libro es peligroso, no todos de la misma forma, ya que hay algunos cuya única intención es la venta y el entretenimiento. De esos hay buenos libros, pero rara vez son peligrosos; son ligeros, economizan tiempo y aumentan la vanidad de algunos.
Enfrentarse a un libro peligroso puede ser un desafío. Aunque hay quienes los desprecian guiados por la creencia de que pertenecen a otro tiempo, y hay quienes no necesitan respuestas de un libro ni de nadie porque todo lo saben. Por otra parte, están los que deciden aproximarse. Al principio, los libros pueden ser un enemigo; sus hojas retan, cuestionan, y destruyen el orgullo. Las palabras evaden las respuestas absolutas y generan un sinfín de nuevas preguntas; penetran en la mente, cuestionan las creencias sólidas e insertan la duda. La duda desnuda nos baña de humildad y muestra el camino hacia la sabiduría.
Al terminar de leer un libro peligroso, sobreviene la excitación por los nuevos conocimientos y, por otra parte, la angustia de comprender la inmensidad de nuestra ignorancia. Aunque hay algo inevitable y es que un libro peligroso conduce a otro de forma continua. Hasta que llega un día en que un libro peligroso se transforma en un amigo.